El desempeño deportivo se compone de diferentes factores, siendo estos el físico, el táctico, técnico y el psicológico. Dependiendo del deporte y del momento concreto, cada uno de estos elementos tienen su importancia y se deben entrenar para alcanzar un buen desempeño en competición. El componente psicológico históricamente se ha tendido a dejar de lado o no se le ha dado la misma importancia que a los otros, a pesar de que en muchas ocasiones suele marcar la diferencia.

Entrenar el factor psicológico permite que el deportista trabaje desde el autoconocimiento, identificando de esta forma factores y situaciones que favorecen su rendimiento, así como aquellos que lo disminuyen. Este conocimiento le permitirá al deportista gestionar mejor las situaciones, tanto en el entrenamiento como posteriormente en las competiciones. Por lo tanto, podemos decir que uno de los objetivos del trabajo psicológico es aportar herramientas al deportista para que él o ella misma pueda gestionar las situaciones competitivas de mejor manera.

4 factores psicológicos que mejoran el rendimiento deportivo

El manejo del estrés y la ansiedad

El manejo del estrés y la ansiedad que genera una competición: es importante reconocer que las competencias suelen estar vinculadas constantemente al resultado. Esto genera una mayor presión sobre los deportistas, lo que se traduce en una preocupación y miedo constante en no rendir de la forma esperada, y esto a su vez puede afectar de forma negativa su rendimiento ya que la atención se centra en otros factores que no suelen ser relevantes. Cada deporte tiene diferentes focos atencionales, por esto es importante identificar los elementos a los cuales se debe prestar atención para implementar estrategias que le permitan al deportista durante la competición centrarse en estos elementos claves.

Motivación

El deportista no está 100% motivado en todos los momentos de la temporada. Por esto es importante identificar cuáles son sus motivaciones para realizar deporte así como desarrollar estrategias que permitan que el nivel de motivación no fluctúe mucho a lo largo del tiempo y así pueda tener el desempeño deseado. Una estrategia útil en estos casos es el establecimiento de objetivos de forma que sean retadores, posibles y realistas para el deportista.

Activación

El nivel de activación hace referencia a la energía que moviliza el comportamiento hacia un objetivo específico, esta se manifiesta de forma fisiológica y psicológica. Por eso es importante que el deportista aprenda a reconocer el nivel de activación que es óptimo para él y su rendimiento. Cada persona tendrá un nivel diferente de activación siendo para algunos necesario un nivel más elevado, mientras que otros necesitarán de un nivel un poco más bajo, relajado.

Autohabla

En todo momento, dentro y fuera del deporte, estamos hablando con nosotros mismos. Suele ser algo que ocurre de forma constante y automática. En los últimos años, desde la psicología del deporte, se han venido probando algunas técnicas destinadas a reconocer nuestro propio diálogo interno y poder trabajar con éste para generar un diálogo interno que ayude al deportista a mejorar su rendimiento.

La importancia de la fortaleza mental en el deporte

Relacionado directamente con los aspectos mentales que hemos mencionado anteriormente está la fortaleza mental, ya puede ayudar a los atletas a mantener la concentración, afrontar los desafíos y superar los obstáculos en momentos de estrés y presión.

Según un artículo de Claudia Giesenow titulado «¿De qué hablamos cuando hablamos de fortaleza mental? Una revisión conceptual», la fortaleza mental se refiere a la capacidad de un individuo para resistir la presión, recuperarse de las adversidades y mantener un enfoque claro y positivo durante la competición.

Giesenow también destaca que la fortaleza mental no es una habilidad innata, sino que se puede desarrollar y mejorar a través de la práctica y la formación. Los atletas pueden mejorar su fortaleza mental a través de diversas técnicas, como la visualización, el entrenamiento de la respiración y la meditación.

Además, la fortaleza mental también se relaciona con la capacidad de los atletas para recuperarse de las lesiones y volver a competir al más alto nivel. La capacidad de superar los obstáculos físicos y mentales que surgen después de una lesión es una parte importante de la fortaleza mental.

El entrenamiento mental y el papel del psicólogo del deporte

El entrenamiento mental consiste en una serie de técnicas y estrategias que se utilizan para mejorar el rendimiento deportivo, como las mencionadas anteriormente (visualización, relajación, control de la atención y la concentración).

Estas técnicas ayudan a los atletas a manejar la presión, a controlar las emociones y a maximizar su potencial en el campo de juego. Y, como no, el psicólogo del deporte juega un papel fundamental en este proceso. La evaluación de la situación, el diseño del programa de entrenamiento psicológico y la evaluación del mismo son algunas de las tareas que diseñamos los y las profesionales en psicología del deporte.

En resumen, el rendimiento deportivo se compone de factores físicos, tácticos, técnicos y psicológicos. Y, aunque el factor psicológico se ha subestimado históricamente es fundamental para el éxito.

Por lo tanto, el entrenamiento mental es un aspecto esencial del rendimiento y el psicólogo del deporte juega un papel clave en este proceso. Tiene como objetivo mejorar el rendimiento de los atletas mediante el desarrollo de un plan de entrenamiento mental personalizado. De esta manera, los atletas podrán maximizar su potencial y alcanzar sus metas.